martes, 12 de febrero de 2008

Nuevos cines, nueva crítica.

Antoine de Baeque, Compilador.
Ediciones Pidós Ibérica. Barcelona.
Paidós. Comunicación. Cine.
ISBN: 84-493-1856-4.
C 2006
Rústica, 309 páginas.
Distribución: Educere, Cineteca Nacional.
$ 380.00

No obstante es curioso cuantas veces se ha repetido en la historia el término nuevo cine, ya no resulta una dificultad arribar a un acercamiento del concepto. Sin considerar particularidades, orografías o sociologías, nuevo cine siempre significará lo de hoy, lo del presente: lo de este momento. Lo que ayer fue nuevo cine con el paso del tiempo forzosamente habrá de convertirse en algo más, aunque sólo hara falta que para ello haya poseído cierta sustancia para que ese algo sea un tanto diferenciable de lo que se puede olvidar, de lo que se puede prescindir.

Por otra parte, la crítica formal considera nuevo cine aquello que para nosotros ya tiene un rato circulando. Particularmente para Antoine de Baeque, compilador de los más importantes ensayos, entrevistas y reflexiones vertidas por los Cahiers du Cinema y que dan forma a su propuesta acerca del estado de las cosas en la actualidad del arte cinematográfico, este momento comprende alrededor de tres décadas.

Si para efectos prácticos el arte cinematográfico nació, crecio y casi se extinguó en los Estados Unidos de Norteamérica, éste renació en Francia, bajo una pléyade de autores que abrevaron tanto de esa primera hornada como de la propia tradición artística europea. A pesar de todo, en un lapso equivalente de tiempo, la vigencia de esta nueva propuesta, a punto de fenecer, ha sido a su vez capaz de inspirar la siguiente ola. No se distingue como un movimiento al estilo del que se originó en los Cahiers, pero se advierten personalidades en las que cabe la evidencia de ciertos elementos comunes: Kitano, Kar Wai, Hsiao-hsien, Miike, etcétera.

Posiblemente exista un buen número de causales para que no se identifique esta nueva hornada de filmes con las acepciones de lo que se conoce como movimiento. Esta es tarea que Antoine de Baeque traslada hacia los campos específicos de interés o a caso a quienes sean capaces de escudriñar los textos relativos y más relevantes que nos presenta. La propuesta del compilador se reduce no solo a la identificación del item que pudiera caracterizar al conjunto de filmes o de cineastas, sino a vislumbrar su encauce, a adivinar su destino. Y esto lo hace de una manera tan lógica, tan documentada y tan finamente arraigada en la mejor tradición de la crítica cinematográfica francesa, que no deja lugar a la menor duda.

Huerfanos de ideología o prófugos del colonialismo y de la mano de la cinematografía asiática, la cinefilia de hoy se congratula de vivir y soñar ante un cine sin centro: un mundo autorreferencial donde el reflejo que de si devuelve el filme apenas tiene que ver con figuras totémicas pero sí consigo mismo, con la voz interior que nunca escuchó las respuestas que siempre buscó, que nunca verá el cielo ni esperará la gloria.

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